Ron Baker busca un hueco en la rotación

Ron Baker llegó a los New York Knicks la pasada temporada tras no ser elegido en el Draft y logró hacerse con un puesto como base suplente del equipo y, en ciertas ocasiones, como titular para el tanking. Sus estadísticas no fueron extraordinarias, 4,1 puntos y 2,2 asistencias por partido. Sin embargo, el base logró hacerse con un hueco en los corazones de los aficionados neoyorquinos a base de garra y actitud defensiva. Con él en la cancha los Knicks gozaban de una intensidad completamente distinta.

Sin embargo, la sobreexcitación es muy habitual en La Gran Manzana y el jugador procedente de la universidad de Wichita State pasó de un contrato insignificante a casi cinco millones por temporada, 8,9 millones en dos años, y con una opción de jugador en el segundo año (típico error de los Knicks).

Es cierto que la franquicia neoyorquina no contaba con la gran temporada de Jarret Jack, que se veía como simple mentor para Frank Ntilikina, pero de lo que no cabe duda es que una renovación así a un base con ciertas limitaciones baloncestísticas como Ron Baker puede ser contraproducente. Además, estar alejado de las canchas en los últimos encuentros por lesión no ha hecho más que agrandar la frustración del jugador de 24 años:

“Ha sido un poco frustrante. Lo que es duro es no ser capaz de contribuir cuando ganas. Hemos tenido mucho éxito. Cuando ves a tus compañeros teniendo éxito te gustaría formar parte de ello. Soy parte de ello, pero de una forma diferente. Lo único que deseas es salir a la cancha y ser parte de esto, sobre todo ganando en casa”

Ron Baker es una parte importante de estos New York Knicks por la gran relación tanto con sus compañeros como con la afición. Lo que falta por saber es si el jugador será capaz de recuperar su rol en el equipo como parte importante de la rotación de cara al futuro de los New York Knicks.