Denver Nuggets: La fuerza está en el interior

UNO DE LOS EQUIPOS MÁS COMPLETOS EN LA PINTURA

Denver Nuggets
Los Denver Nuggets, fuertes en la pintura – Laura Cristaldi (SB)

El aterrizaje de Paul Millsap en los Denver Nuggets ha permitido a los de Colorado conformar una de las duplas más temidas para las defensas contrarias. El ex de Atlanta parece el complemento ideal para una posible superestrella, Nikola Jokic. Pero los recambios no son nada despreciables, con Mason Plumlee y Kenneth Faried como hombres más importantes, además de las aportaciones de Darrell Arthur y Trey Lyles.

Ilusión puede ser la palabra que mejor defina a estos Denver Nuggets, un equipo agradable de ver, con un juego rápido y ofensivo en el que el intercambio de golpes es constante. Un equipo disfrutón y que esta temporada aspira a colarse en los Playoffs. Deberán mejorar ciertos aspectos del curso pasado, en especial la defensa y las pérdidas de balón, pero una inmensa mayoría de aficionados y periodistas los meten en la post-temporada del Salvaje Oeste.

Y es que todo son esperanzas y buenos augurios para un equipo joven, comandado por un jugador total como Nikola Jokic y al que han añadido a un All-Star de la talla de Paul Millsap, la gran incorporación de estos Nuggets.

Pero empecemos hablando de Jokic, quien con apenas 22 años parece que su límite es el cielo. Vale que en defensa debería imponer mucho más y ser más agresivo, lo que ocurre es que en ataque su repertorio es ilimitado. Poste alto, bajo, asistencia, bloqueo, tiro de larga distancia, capacidad para el bote… Si la salud le respeta y gana un poco más de explosividad y resistencia estamos hablando de una futura superestrella de la NBA, que ya la anterior campaña dejó detalles de lo que puede llegar a ser. Fue de menos a más y desde que Jusuf Nurkic hizo las maletas con destino a Portland, Jokic promedió 19 puntos, 12 rebotes, 6 asistencias y un 57% en tiros de campo. Un monstruo vino a vernos y promete quedarse para deleite de los amantes del baloncesto.

Con alguien así, la franquicia se movió acertadamente y para acompañar a su estrella trajeron a Paul Millsap, un jugador con mayúsculas que puede complementarse muy bien con Jokic. Es otro interior con gran IQ, que puede postear y tirar de lejos y que además ofrece mayores garantías y mayor versatilidad en defensa, el punto débil del serbio. 90 millones en 3 años cobrará el ala-pivot, que deja Atlanta para enrolarse en un equipo del Oeste y en un proyecto esperanzador. Sus números la temporada pasada hablan por sí solos: 18 puntos, 7,7 rebotes y 3,7 asistencias para un jugador total y que volvió a ser de nuevo All-Star (su cuarta participación consecutiva). Si logran congeniar y adaptarse el uno al otro, cosa que no parece difícil porque son dos jugadores muy inteligentes, los Nuggets lo agradecerán y no es descartable que puedan aspirar a la zona noble de la Conferencia.

Asimismo, y más allá de ese dúo, extraordinario, desde el banquillo saldrán jugadores de nivel y que hacen de la pintura de los Nuggets una de las más completas de la liga. Mason Plumlee, recientemente renovado (4 años y 41 millones de dólares), y Kenneth Faried, son dos recambios de lujo si están en forma y motivados, sobre todo el segundo, que ha estado envuelto en todo tipo de rumores sobre una posible salida. Dos jugadores eminentemente físicos, si bien Plumlee tiene una más que aceptable visión de juego, aportarán otras cosas al equipo cuando den descanso a los titulares. Pero ahí no se acaba el repertorio interior de los Nuggets, que tendrán en la recámara también a Darrell Arthur y Trey Lyles, dos cuatros con capacidad para tirar desde la larga distancia y algunos movimientos interesantes en ataque. Arthur cumplirá su quinta temporada en Denver, siempre saliendo desde el banquillo y promediando entre 15 y 20 minutos por partido. Esta campaña tendrá más difícil hacerse con minutos y veremos qué tal se encuentra de salud alguien que el curso pasado solo pudo disputar 41 encuentros. Mientras, Lyles cumplirá su tercera temporada en la NBA, esperemos que tenga más suerte que en las anteriores y logre dar un paso al frente, si bien la competencia en su puesto es enorme y los minutos que le den deberá aprovecharlos.

Con estos ingredientes, la pintura de los Denver Nuggets parece más que cubierta. Si las lesiones les respetan, Faried acepta su rol y la pareja Millsap-Jokic cumple las expectativas, parece que importan menos las carencias del equipo, que a falta de directores de juego que actúen en el puesto de base, se encomendarán a una dupla que anda sobrada para dar y repartir juego. Y es que en este nuevo baloncesto, donde el small-ball está a la orden del día, los Nuggets confían en el poder de su pintura para crear un lienzo atractivo de cara a esta nueva temporada a punto de comenzar.