Oficialmente, ya podemos decir que los Golden State Warriors y los Cleveland Cavaliers se enfrentarán a partir de este próximo jueves por obtener el anillo. Sin embargo, son dos equipos a los  que se ha mirado con lupa esta temporada, por distintas razones. Llegados a este punto, sólo están a un paso de coronarse como campeones, pero, ¿Sobre qué hombros pesa la presión de ganar las Finales NBA? ¿LeBron James o Kevin Durant?

Kevin Durant

Ha sido el año más duro de toda la carrera deportiva de Kevin Durant. El alero ha tenido que soportar críticas, insultos, mofas y abucheos diarios desde que tomara su decisión en la pasada agencia libre. Desde entonces, el jugador criado en Washington sólo ha podido agachar la cabeza y demostrar en el campo que no venía para ser un ‘segundón’ o a competir con Stephen Curry por llevar al equipo. Entendió perfectamente su rol y el sistema del equipo, y eso ha llevado a los Warriors a alcanzar la cima de la NBA casi sin despeinarse. Pero en el deporte, lo único que importa es estar al nivel cuando la situación lo requiere. No importa el año que haya tenido, puede haber sido excelente, que se vendrá abajo si en el momento decisivo no das la talla al nivel esperado o incluso superior.

Y es ésta la situación que se le plantea a Kevin Durant. Cualquiera podría decir que el equipo completo de los Warriors está bajo más presión, pero Curry y los demás chicos ya tienen un anillo guardado en sus vitrinas, lo que difiere con la situación de Durant. Kevin decidió abandonar Oklahoma para irse a Golden State, pudiendo haberse quedado un año más y darle una oportunidad a los Thunder, aprovechando la subida del margen salarial de este próximo verano. Sin embargo, todos sabemos la historia real. Por otro lado, está la principal cuestión por la que se fue del estado de los tornados; su legado. Kevin ya ha visitado una vez las Finales NBA, y contra LeBron James. Sin embargo, en el deporte americano, hay una norma no escrita, y es que sólo se puede incluir a un jugador entre los mejores de todos los tiempos si éste ha ganado un anillo (como mínimo). Kevin Durant quiere ser recordado, quiere que su nombre sea referencia histórica, y para ello le hace falta un anillo. No debemos olvidarnos del factor LeBron James, su bestia negra en la liga, pues jugando contra equipos de LeBron James, Kevin Durant sólo ha ganado 4 veces de 18 posibles, convirtiendo así al ’23’ de Akron en su bestia negra, su némesis, del baloncesto. ¿Conseguirá Kevin arrancarle 4 victorias a LeBron en estas Finales? Las cartas ya están sobre la mesa.

por Manuel Pablo Verdugo

LeBron James

Un año más la historia se vuelve a repetir en el Este. Por séptimo año consecutivo y octava vez en su carrera, LeBron James se presenta en las Finales NBA con la intención de seguir escribiendo en la historia; cuatro veces con Cleveland, cuatro con Miami. Pero incluso a su nivel, tras todo lo demostrado, las críticas seguirán llegando. El dato que le persigue; hasta ahora tiene un récord negativo (3-4) en las grandes Finales NBA y sus críticos no dudan en sacarlo a relucir cuando llegan las inevitables comparaciones con otras leyendas de la liga. Un dato negativo que James pretenderá borrar por el momento ganando de nuevo a unos Warriors que se presentan intratables pero que Cleveland ya lo sabe: no son perfectos.

La posibilidad de ganar su cuarto anillo de la NBA es un sobrepasar una línea ya muy seria. Ganando su cuarto campeonato y MVP de las Finales dejaría atrás a leyendas como Tim Duncan, Shaquille O’Neal o Magic Johnson, y colocándose justo por detrás del único en lograr ambos premios en seis ocasiones: Michael Jordan. Incluso muchos analistas aseguran que vencer a estos Warriors plagados de All-Stars por dos años consecutivos en las Finales sería lo nunca visto antes, siendo un hito que sumaría mucho en la carrera de LeBron James.

A sus 32 años de edad, una nueva derrota en Finales significaría dejar la marca en 3-5 y representar el ‘pero’ en una carrera asombrosa. Por méritos propios, uno de los mejores jugadores que ha visto brillar esta liga y con un legado con todavía varias años más por escribir.