Jamal Murray, ¿base titular de Denver?

La enorme mejoría en su juego apuntaría a ello

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Jamal Murray mejora mes a mes/Alex Güell (SB)

Cuanto le tocó el turno a Denver Nuggets para su primera elección en la noche del draft de 2016, probablemente el mejor jugador que quedaba por elegir fuera Jamal Murray.

Conociendo a Tim Connelly, general manager de los de Colorado, su elección no respondió a criterios técnicos, sino a que simplemente era el mejor jugador que podía elegir con el pick nº 7 y ni él pensaba que a esas alturas Jamal aún estaría libre.

Efectivamente, si nos remontamos al draft del año 2014, cuando todo el mundo daba por hecha la elección de Gary Harris por Denver Nuggets con el pick nº 11 (era lo que necesitaba el equipo), Connelly sorprendió a propios y extraños eligiendo a Doug McDermott, en teoría mejor jugador que Harris, ya que había estado cuatro años a las órdenes de su padre en la pequeña universidad de Creighton promediando 20,1 puntos y 7,8 rebotes por partido en su último año como senior, llevándose multitud de premios y siendo elegido en el mejor quinteto estatal del año.

La jugada de Connelly fue perfecta, ya que en la misma noche del draft cambiaba a Chicago a McDermott por Gary Harris, Jusuf Nurkic y una segunda ronda. Es decir, se hacía con el jugador que quería (Harris) y encima se hacía con un segundo pick de primera ronda (Nurkic) más la segunda del draft del 2015 de Chicago.

Al ser elegido con el pick nº 7 la noche del draft, Jamal Murray, el canadiense de origen jamaicano llegaba a la franquicia de Denver Nuggets con la vitola de gran tirador y jugador de  futuro.

En su único año como universitario, disputó para la Universidad de Kentucky, bajo las órdenes de una leyenda como John Calipari, un total de 36 partidos (todos como titular) promediando 20 puntos (50,2 % en tiros de 2, 40,8 % en triples y 78,3 % en tiros libres), 5,2 rebotes, 2,2 asistencias y 1 robo en 35,2 min de media. Hablamos de números muy parecidos a los de Stephen Curry en su etapa universitaria, por poner un ejemplo.

Quizás no era la posición que más necesitaba cubrir Denver, ya que contaba en su backcourt con hombres como Mudiay (en aquel momento parecía que sería el futuro jugador franquicia de los de Colorado), Nelson (dos veces all-star y base muy contrastado), Gary Harris (prometedor escolta, muy buen defensor) y Will Barton (que había hecho una muy aceptable temporada e iba pidiendo galones).

Con ese panorama, Jamal Murray partía como tercera opción en la rotación de Malone, tanto como escolta como en la posición de base.

Pero las lesiones, solapadas en el tiempo, de Gary y Will hicieron que contase desde el primer momento con muchos minutos en pista en la posición de escolta, ya que Harris se perdía 20 partidos de octubre a diciembre y Barton otros 12, con un fuerte esguince de tobillo.

Tras un horrible comienzo (0 de 17 en tiros de campo en sus primeros lanzamientos como profesional), a pesar de que contó con minutos (18,6 minutos en los 5 primeros choques), no consiguió anotar su primera canasta hasta el quinto partido de la regular season.

A partir de ahí, y jugando siempre como escolta, tuvo un gran mes de noviembre, con unos promedios de 24,1 minutos, 12,3 puntos (41,3% en tiros de campo, 42,7% en triples y 83,3% en tiros libres), 2,9 rebotes y 2,1 asistencias, lo que le valió el nombramiento como mejor rookie del primer mes de competición en la conferencia oeste.

Con la vuelta de sus compañeros de posición, en los meses de diciembre y enero bajó mucho su aportación, siendo muy significativo el descenso en su porcentaje de triples, su mayor virtud, que en diciembre se vio reducido a un 24,6% y en enero a un 25,6%, con una media mensual de 6,9 puntos en 18 minutos.

A pesar de sus malos números, Malone siguió confiando en él y le iba a llegar su gran oportunidad a finales del mes de enero con la lesión el 21 de dicho mes del base titular Enmanuelle Mudiay (con problemas de espalda).

Por primera vez en su carrera profesional pudo jugar en la posición de base (él siempre manifestó ser un conductor, no un escolta), como recambio de Jameer Nelson, que está cuajando una buena temporada, la mejor desde sus tiempos de gloria en Orlando.

A partir de ahí, su rendimiento volvió a subir como la espuma, con promedios de  11.3 puntos, con un 43.3% en lanzamientos de campo y 35.5% en triples, todo ello en 21.1 minutos de juego, afianzándose en la posición de segundo base, dejando sin minutos a Mudiay, y relegándole al ostracismo, tras su vuelta a las canchas.

Con este rendimiento, preguntaron a Mike Malone por la posibilidad de que Murray fuese el base titular en estos últimos partidos de la temporada, a lo que Mike contestó:

  “Obviamente, con 18 partidos por jugar, vamos a ver lo que ocurre en esos 18 juegos. Creo que Jameer se ha ganado el derecho a ser nuestro base titular por el momento. Ha jugado bien y eso nos permite que Jamal entre en juego con un tipo como Will Barton , donde las responsabilidades de manejo de balón no recaen siempre sobre Jamal”. 

Efectivamente, Jamal siempre ha compartido sus minutos con Will, jugando en una posición flexible de 1 -2 que le permite:

  • En primer lugar, no tener tanta responsabilidad en el manejo del balón, ya que no es un jugador con una gran habilidad para ello, ya que en su mente está siempre el aro rival y no tanto el hacer jugar a sus compañeros. De hecho, en febrero, jugando de base ha promediado 1,5 asistencias por partido y en marzo 2,7, registros muy pobres para un base, que promedia 19 minutos en dichos meses.
  • En segundo lugar, le permite tener más posesión de balón que jugando de escolta, lo cual es algo que siempre necesita un tirador para tener buenas sensaciones.
  • En tercer lugar, le permite tener mejores posiciones de tiro, ya que desplaza siempre al base rival a las esquinas, allí donde ningún base se siente cómodo por no estar acostumbrados a jugar en dichas posiciones, lanzando con mayor libertad y acierto.

Obviamente, si Mike le diera la titularidad, no tendría en Gary Harris al jugador que le pudiese ayudar a subir el balón, por lo que no tendría la libertad de movimientos que le ha hecho tener ese rendimiento tan favorable saliendo desde el banquillo y se encorsetaría en un papel que no es el suyo y que le conduciría posiblemente al fracaso.

Por tanto, nadie duda de que su rol en estos últimos partidos de temporada seguirá siendo el de base suplente, con libertad de movimientos, aportando su vitalidad y energía en ambos lados de la cancha, papel con el que puede ayudar mucho a que su equipo consiga finalmente la tan ansiada octava plaza de la Conferencia Oeste.