Cómo destrozar un proyecto, por Rob Hennigan

El traspaso de Serge Ibaka fue el detonante

Victor Oladipo
Keith Allison (CC)

En la NBA el objetivo de todos los equipos es el mismo: ganar el anillo. La diferencia reside en el tiempo. Mientras unos equipos pelean por ganarlo ya, otros se preparan para ganarlo más adelante. El resultado es lo que importa, pero el camino que te lleva al ansiado Larry O’Brien – si eres tan afortunado cómo para llegar – también.

Y en ese camino se pierden decenas de proyectos. Las lesiones tumban a la mitad, y es que siempre nos preguntaremos qué habrían conseguido los Blazers con Brandon Roy y Greg Oden sanos o hasta dónde hubiese llevado un Rose con rodillas a los Bulls. El mal rendimiento de jugadores y/o entrenadores tumba otra buena parte.

La última parte, una bien importante, es para algunos iluminados que ostentan el cargo de General Manager.

Si no observad el caso de Orlando Magic. Hace dos y la pasada temporada era considerado uno de los equipos jóvenes más atractivos y con más piezas que ofrecer en posibles traspasos. Ahora el barco se tambalea y todos miran a su capitán, Rob Hennigan.

Ser GM no es tan fácil como en el NBA 2K, ya les gustaría a muchos. Sin embargo casos como el de Hennigan hacen que nos preguntemos si no sería preferible poner al mejor de los frikis del videojuego al cargo de las operaciones de Orlando.

No Hennigan, esto no es el 2K

La realidad es que hasta este último verano las decisiones de Hennigan, algunas más discutibles que otras, no estaban siendo desastrosas. Su gestión con los entrenadores quizá era el punto más negativo, con un ambiente de poca confianza, apuestas arriesgadas y escaso límite de actuación.

Jacque Vaughn fue el entrenador jefe de los Magic durante las dos primeras temporadas y media de Hennigan. El GM se cansó de no ver progresión en su joven equipo y la decisión de despedirle fue bien recibida. Criticada por algunos por llegar incluso tarde; criticada por otros por tratarse de un entrenador joven. Vaugn tuvo margen y no demostró madera de head coach.

Hennigan decidió colocar a un hombre de la casa como sustituto. Así James Borrego fue designado entrenador interino hasta final de temporada, momento en el que se valorarían diferentes candidatos, con Borrego entre ellos.

Y el elegido si era verdaderamente un hombre de la casa. Ex-jugador y leyenda del equipo, ahora entrenador, Scott Skiles firmaba con Orlando para ser su nuevo entrenador. Definía la firma como «el acuerdo perfecto en el momento perfecto». Un técnico veterano para un equipo joven.

Ahí comenzó la debacle.

Skiles despide a los Magic y Hennigan destruye

Menos de un año después de la firma de Skiles, cuando dijo lo del acuerdo perfecto en el momento perfecto, el ex-jugador renunciaba a tres temporadas y 12 millones de contrato. No tenía problemas personales ni de salud y se trataba de una leyenda de Orlando.

Justo 20 años después de la marcha de Shaquille O’Neal a Los Angeles, su ex-compañero dimitía como entrenador. No se trataba de un golpe deportivo tan duro como la salida de Shaq, pero si quizá un punto que marcaba el peor de la historia de la franquicia.

Un momento de desesperanza, descontrol y hundimiento.

Ni una leyenda del equipo, con experiencia en el puesto, se consideraba apropiada para redirigir los rumbos de los Magic. Renunciar tras menos de un año y dejar 12 millones en la mesa no lo hacen todos los entrenadores. Intentad imaginar los sentimientos de un seguidor del equipo cuando ocurre esto.

Los equipos despiden entrenadores todos los años. Las leyendas nunca despiden a sus equipos.

Vogel apaga el indencio y Hennigan aviva las cenizas

Uno de los rumores que circuló con más fuerza los días posteriores a la renuncia de Skiles fue que tenía una mala relación con Hennigan. Por supuesto el GM y el CEO Alex Martins, señalado por muchos como el hombre que realmente decidió la firma de Skiles, desmintieron los rumores.

La realidad es que llegados a ese momento la reputación de Hennigan y Orlando estaba en un punto crítico. Quién iba a querer ir a un equipo por el que habían pasado dos (tres si contamos a Borrego) entrenadores en cuatro temporadas y en el que los jóvenes o no terminaban de arrancar o eran traspasados. Todo apuntaba a que entrenadores y agentes libres huirían de Florida.

Sin embargo aparecía un nuevo hombre. Frank Vogel, con un muy buen cartel de entrenador, llegaba para apagar los fuegos de Orlando. Terminaba de un plumazo con todas las dudas generadas por las gestiones de los entrenadores, además de parecer el indicado para ayudar a los jóvenes y dotar al equipo de una identidad clara.

Pero entonces Hennigan se cubrió de gloria. Debe ser que con la llegada de Vogel se vio apartado de los focos y quiso llamar la atención, porque la off season de los Magic no funcionaría ni en el 2K.

Un equipo descompensado, sin tiro exterior, que había regalado assets, que se cargaba de millones, añadía jugadores de estilos similares y cerraba puertas a sus jóvenes. Esto significa tirar por la borda el trabajo de años.

Puro Hennigan y el verano de 2016

Es el momento de los highlights, de lo duro. Los movimientos de Hennigan pasan a revisión, no todos, pero sí los mejores.

  • Elección de Andrew Nicholson, pick 19 Draft 2012. La elección de Nicholson no salió nada bien. Rol menor en Orlando hasta marcharse gratis el pasado verano. El Draft de aquel año acumula bastante talento y por detrás de Nicholson aparecen Draymond Green, Festus Ezeli, Jae Crowder, Jared Sullinger, Khris Middleton o Will Barton.
  • Traspaso de Ryan Anderon a New Orleans por Gustavo Ayón. Uno de los peores de la lista sin duda. Sacrificó a Anderson, uno de los cuatros abiertos con mejor capacidad anotadora de la liga, a cambio de un jugador que estuvo media temporada en el equipo. El mexicano promedió 3.2 puntos y 3.3 rebotes en 43 partidos antes de ser incluido en el traspaso de J.J. Redick a Milwaukee. Anderson promedió 16.2 puntos y 6.4 rebotes en 30 minutos con los Hornets.
  • Traspaso de Josh McRoberts a Charlotte por Hakim Warrick. McRoberts había llegado en el traspaso de Howard y se quedaba al final de la rotación. Pese a que en Los Angeles no le dieron minutos tuvo un buen rol en Indiana, que en Orlando no aprovecharon. Le regalaron a Charlotte para librarse de su contrato y adquirir a Warrick, cortado a los dos días del traspaso. Mientras que McRoberts fue fundamental durante dos temporadas y media con los Bobcats, Warrick no ha vuelto a la NBA. McRoberts no tenía sitio en el equipo, pero con otra temporada más de contrato no sacaron absolutamente nada por él.
  • Traspaso de Arron Afflalo a Denver por Evan Fournier y Devyn Marble. El único traspaso realmente bueno para los Magic que ha hecho Hannigan en cinco años. El único.
  • Elección de Mario Hezonja, pick cinco Draft 2015. En el mejor Draft que se ha visto en años Orlando se quedo con Mario Hezonja. En temporada y media el croata no ha demostrado nada, no cuenta con oportunidades y no parece motivado. Puede que termine siendo una buena elección, pero necesita minutos.
  • Traspaso de Tobias Harris a Detroit por Brandon Jennings y Ersan Ilyasova. Hennigan quería apostar por los Playoffs y traspasó a un Harris que quería salir y que cobraba casi 20 millones. A cambio recibió a dos veteranos para alcanzar la postemporada. Jennings había vuelto de una grave lesión y su rendimiento no fue bueno; Ilyasova cumplió y se marchó en verano en el traspaso de Serge Ibaka. ¿Conclusión? Regalaron a Harris.
  • Traspaso de Channing Frye a Cleveland. La salida del veterano pívot era necesaria para los Magic, que por otro lado no supieron aprovecharle, pero qué recibieron a cambio. Jared Cunningham (cortado) y una segunda ronda de los Blazers – que se metieron en el traspaso – fue lo único que recibieron. Los Cavs querían hacerse con los servicios de Frye y los Magic librarse de su salario, sin embargo Hennigan no jugó bien sus cartas y no sacó nada a cambio. Portland se metió de forma inteligente en el trade, asumiendo el salario de Anderson Varejao (al que cortaron) y se llevaron de regalo una primera ronda.

Vamos ahora con el plato fuerte, los movimientos del verano.

  • Traspaso de Victor Oladipo, Ersan Ilyasova y Domantas Sabonis a Oklahoma por Serge Ibaka. Que los Thunder no tengan tan mal equipo alrededor de Russell Westbrook se lo deben en gran parte de Hennigan. Dar a tu mejor jugador, un rookie recién seleccionado y un buen jugador de rotación por un role player de lujo que termina contrato… Ya sabemos cómo ha sigue la historia.
  • Traspaso de Shabazz Napier a Portland por dinero. Un jugador que tras su brutal última temporada con UCONN nos ha dejado frío a todos, pero otro regalo en la lista.
  • Fichaje de Jeff Green. Un año y 15 millones. El dinero da igual, ya que será agente libre en verano y se marchará, pero Green no encaja y quita minutos a Aaron Gordon y Mario Hezonja.
  • Fichaje de Bismack Biyombo. Cuatro años y 70 millones. No estaría en contra de este fichaje si no estuviese en ese momento Ibaka en plantilla. Hennigan no debería haber hecho el traspaso de Ibaka y así la llegada – y la millonada – de Biyombo tendría sentido.
  • Traspaso de Devyn Marble y segunda ronda de 2020 a Clippers por C.J. Wilcox. Traspaso menor, desde luego, pero Orlando pierde una segunda ronda con el movimiento. Wilcox se ha quedado al fondo del banquillo, como se esperaba, y Marble podría hacer exactamente lo mismo.

El detonante del verano fue traer a Ibaka. Un equipo como Orlando aspiraba a entrar en Playoffs cuando contrataron a Vogel y dejaron de hacerlo cuando Hennigan tocó la plantilla. El fichaje de Green carece de sentido con Ibaka en la plantilla y con un joven como Gordon de un perfil atlético y de rol tan similar. La llegada de Biyombo pierde sentido con Ibaka en el equipo, ya que aunque son distintos ocupan posiciones donde ya está Nikola Vucevic.

Lo de Hennigan roza lo absurdo. Tras todos los problemas apostó por traer a un expiring que no había demostrado llegar a factor diferencial desmontando medio equipo. Y una vez desmontado medio equipo desequilibró el roster. Ni en el 2K funciona.

Si no hubiese fichado a Green ni pujado por Ibaka, Orlando tendría un equipo joven en el que las promesas tendrían minutos mientras Vogel les hace competitivos. Todo esto con margen salarial y piezas para traspasos.

  • Titulares: Elfrid Payon,Victor Oladipo, Evan Fournier, Nik Vucevic y Bismack Biyombo
  • Suplentes: D.J. Augustin, Mario Hezonja, Aaron Gordon, Ersan Ilyasova y Domantas Sabonis

Una rotación con más lógica y adaptada a los tiempos modernos, con diferentes recursos desde el banquillo. No serían equipo de Playoffs posiblemente, pero no tendrían tantos problemas como en la actualidad. Por culpa de Hennigan pulsan nuevamente el botón de reconstrucción.


El botón que realmente quiere pulsar al general manager es el círculo. Salir de la partida y empezar de nuevo el día del Draft, esa nueva opción incluida en el 2K17. Sin embargo no puede. El traspaso de Ibaka ya es oficial y otro regalo se suma a la lista.

Orlando debe plantearse muy seriamente que hacer con su futuro. Pocas cosas peores hay en la NBA que destrozar un proyecto joven tras años de acumular derrotas. Lo que parece claro es que mientras Rob Hennigan siga al frente de los movimientos poco van a conseguir.

Al igual que Jacque Vaughn en su día, entrenador joven despedido por su incompetencia tras dos años y medio de probaturas, cuánto margen le queda al GM más joven de la NBA tras cinco años de incompetencia. Los Magic deben reflexionar. Este capitán les tiene sin brújula ni dirección en aguas turbulentas.