Brandon Ingram, el futuro tranquilo

A la perla de Duke le espera un largo camino

Brandon Ingram es el futuro de Los Angeles Lakers - Nil Alemany (SB)
Brandon Ingram es el futuro de Los Angeles Lakers – Nil Alemany (SB)

El ambiente que se respira en el Staples Center es de «tranquilamente nervioso». A medida que avanza la temporada, los seguidores del oro y púrpura perciben que, efectivamente, algo ha cambiado desde aquel desastroso equipo dirigido por Byron Scott, una mezcla de la frescura, ambiente desenfadado y positivo que Luke Walton ha transmitido desde su llegada y el auge de la juventud sobre la veteranía de antaño, encarnada por Kobe Bryant. Sin embargo, por todos es sabido que la exigencia y presión que ejercen los fans, las camisetas retiradas que cuelgan del pabellón y, en definitiva, la magnificencia de esta franquicia, no dan margen a la duda. Entre esta vorágine de esperanza e incertidumbre, un muchacho de 19 años poco a poco se va haciendo un hueco en el equipo y en la liga. Brandon Ingram es, si no la mayor, una de las mayores esperanzas que hay puestas en este equipo. Elegido número 2 del Draft de 2016, está llamado a ser una de las referencias de la próxima década en el puesto de alero, puesto con mucha exigencia y mucho nombre como LeBron, Kawhi Leonard o, con el que más es comparado, Kevin Durant.

Sus cualidades físicas y atléticas (2,06 cm de altura y 2,21 de envergadura) apuntan a que puede ser perfectamente capaz de atacar y defender con nivel de estrella. Buena mecánica de tiro (aunque debe mejorar sus porcentajes), visión de juego y buen reboteador, junto con habilidad para penetrar y defender a su par le hacen ser un diamante en bruto. Debe subir de peso en músculo para mejorar una cualidad totalmente necesaria en la NBA de hoy en día, la potencia. Pero todo esto se soluciona con horas y horas en el gimnasio. A pesar de tener puntos que mejorar, posee algo que es incluso más difícil de mejorar que el tiro o la potencia, el don de la tranquilidad.

Según dicen sus compañeros y entrenadores de él, es la tranquilidad en persona. Esto es vital en cuanto a su desarrollo y lo que hace que aumenten las esperanzas en él. Sabe que con trabajo y esfuerzo, su momento llegará y, mientras tanto, se dedica a jugar y hacer jugar confiando en sus habilidades en la pista. No es el tipo de jugadores que explotan porque sí y no esperen que lo sea, va a llevar un camino lento y ascendente hasta poder vislumbrar su mayor nivel. Puede que a veces confunda la tranquilidad con ser despistado sobre el parqué, verle como sin ganas de jugar. Esto va en la naturaleza del jugador.

Es una cuestión de tiempo y ritmo. La paciencia que alberga le hará mejorar y brillar. Por el momento, tenemos que fijarnos en sus cualidades y no en sus defectos. Un alero capaz de hacer de base (Walton ya le ha colocado en esta posición repetidamente durante la temporada), escolta o alero, muy delgado pero sus largos brazos le permiten llegar a tocar y taponar balones de sus atacantes, buen manejo del fade-away, siempre suele tomar la mejor decisión efectuando tiros o pasando el balón. Cuando juega es verle como levitar sobre la pista, maneja un buen tempo y sabe cuándo debe hacer cambios de ritmo hacia el aro.

Poco a poco Brandon Ingram irá aumentando el número de tiros por partido, ya que no olvidemos que actualmente hay anotadores compulsivos en la plantilla como Lou Williams, Nick Young o Clarkson, con los que suele compartir minutos en la pista, que le “roban” tiros y situaciones de uno contra uno. Los Lakers actualmente son poco altruistas a la hora de mover el balón, y eso perjudica el protagonismo de Ingram. Sus estadísticas dicen más bien poco del impacto que tiene sobre el parqué:  8.2 puntos, 4.1 rebotes y 2.1 asistencias por partido. Sin embargo, no es el encargado de anotar, eso es trabajo para D’Angelo Russell, Julius Randle o Williams; él tiene que aprender de todas esas facetas llamadas intangibles como la defensa, los sistemas y la condición física. Todos sabemos de su potencial anotador y aflorará, pero aún no es el momento.

Cada vez está más claro que Brandon Ingram es el mejor alero que tienen en LA, por encima de un Luol Deng que aporta en la faceta reboteadora pero en el que el tiempo ha hecho mella y de un Metta World Peace que poco más que experiencia puede aportar; así que debería ser el titular de aquí al All-Star.

Aficionados escépticos con el “The Process” particular de los angelinos, confíen en el potencial de este chaval, con todos los factores de la ecuación idóneos para brillar, incluso el mental, ese del que muchos jugadores actuales adolecen. Y si no lo creen, recuerden que Kobe Bryant en las primeras temporadas no era ni siquiera titular y hoy es una leyenda de los Lakers.

Confíen en el mayor proyecto de jugador de esta ciudad desde los tiempos de Shaquille y Kobe. Es cuestión de tiempo y ritmo.