Steven Adams se hace un hueco entre los grandes de la liga

Su evolución es evidente y cada día va a más

Steven Adams
Steven Adams calentando. Nil Alemany(SB)

Cualquiera le diría al bueno de Steven Adams que, allá por el año 2013 cuando fue elegido por los Oklahoma City Thunder en el puesto número 12 del draft, iba a llegar a tener la importancia que tiene hoy en día en el equipo de Donovan. Por entonces solo tenía 19 años. Ahora con 23 ha realizado una evolución asombrosa en su juego y muchos ya nos atrevemos a decir que está entre los mejores hombres altos de la liga.

A pesar de que Westbrook se haya propuesto ser el faro del equipo (que lo es), su mejora en cuanto a visión de juego y solidaridad a la hora de repartir asistencias han hecho que Steven Adams se haya aprovechado de ello de una manera eficaz. Al día siguiente de un partido, siempre se miran las estadísticas de Westbrook, pero lo que no se ve es que detrás de esa barbaridad hay un tipo que cumple su rol a la perfección. Y lo que mejor de todo, que cada día es mejor que el anterior.

El Kiwi, como así le llaman, ha entendido que su papel en el equipo debe estar a la sombra de la superestrella, pero no por ello su trabajo deja de ser más importante. Esta temporada ha conseguido completar ya 4 partidos con más de 20 puntos. Situaciones que, salvo en playoffs del año pasado, no se habían visto aún en su corta carrera. En los últimos 15 partidos, el pívot neozelandés ha conseguido alcanzar una media de 14.2 puntos por partido y 8.1 rebotes por partido. A todo ello hay que sumarle un envidiable 65% de acierto en tiros de campo.

La evolución de Adams como jugador resulta tan llamativa como su apariencia física. Entró en la NBA como un joven que nunca había roto un plato. Sin barbas, sin bigote y con el pelo corto y más o menos acicalado. Su principal tarea el primer año era la de ser un rocoso defensor y jugar duro en la zona. Ahora, en su cuarta temporada en la liga, Steven es lo más parecido a un hombre de Cromañón que hay en la NBA. Su bigote es inconfundible y las greñas que lleva por pelo intimidan a más de uno. Se ha convertido en un jugador bastante completo en todas las facetas, aparte de ser el talismán defensivo de los Thunder. Al principio de la temporada, tuvo una lesión en la muñeca que redujo la efectividad de Steven Adams de cara al aro, costándole más de lo normal agarrar, manejar o lanzar el balón con sus gigantescas manos. Este hecho le condicionó y le llevó a errar tiros cómodos. Pero como su naturaleza exterioriza, minimizó la gravedad de la lesión y ha vuelto a ofrecer un gran rendimiento.

Adams llegó a la liga como un prototipo de hombre fuerte y no muy sobrado de técnica ofensiva. Se ganó una cuestionada fama por la gran cantidad de faltas que provocaba a sus rivales debido a su potente físico. Pero ahora es mucho más que eso. Con el paso del tiempo ha ido desarrollando otros movimientos ofensivos que le han permitido subir sus números con creces. El arsenal de fundamentos ahora incluye un buen juego en el poste bajo y un gancho poco ortodoxo pero efectivo. Pero lo que más podríamos destacar de su juego los fans de Oklahoma es su magnífica conexión con Westbrook. La química entre los dos es evidente. Hasta hace una semana, los Thunder eran líderes de la NBA anotando desde la pintura. La dupla Westbrook-Adams representan el 41,6% de esos puntos gracias, mayoritariamente, al juego de pick&roll que con tanta inteligencia y efectividad profesan ambos jugadores.

Referido a los dos, de las 10.3 asistencias por partido que actualmente reparte Russ, 2.5 de ellas acaban en puntos de Adams. En el juego defensivo, cuando Adams no está en pista, Oklahoma es 7.5 puntos por cada 100 posesiones peor. Un dato que alaba al neozelandés. En una liga en la que últimamente se prima mucho el ser versátil defendiendo a todo tipo de jugadores, Adams se ha adaptado y se ha destapado como uno de los mejores «5» defendiendo posiciones exteriores.  

Por ejemplo, Adams supera a grandes y reconocidos center como DeAndre Jordan (40,9%), Andre Drummond (41.1%) o DeMarcus Cousins (29.4%) en porcentaje de rebotes disputados, con un 48.4%. Adams se encarga de hacer los trabajos sucios del equipo, que a la larga hace que sean exitosos. Lidera a los suyos en rebotes luchados por partido, con 3.6. También es el líder del equipo en tiros disputados, balones sueltos recuperados y asistencias de pantalla, que son las que se recogen cuando un jugador consigue anotar gracias a un bloqueo. Además, tiene un notable acierto en los tiros libres para ser un pívot, con un buen 71.4%. 

Steven Adams firmó el pasado 31 de octubre un contrato con los Thunder de 100 millones de dólares por 4 años. Una cantidad bastante considerable y que a muchos les parecerá una locura si no están al tanto del nuevo sistema salarial que se ha impuesto en la liga. Sin embargo, si el Kiwi sigue con esta línea ascendente de crecimiento, podríamos estar hablando de uno de los grandes aciertos en la firma de contratos de la NBA. Bien es cierto que el bueno de Adams podría haber sacado más tajada si se llega a decantar por la agencia libre restringida, en la que otro equipo podría haber ofrecido 111 millones por 4 años. El contrato máximo para permanecer en Oklahoma City podría haber alcanzado los 115 millones de dólares. Los Thunder no dieron opciones y optaron por asegurar a su hombre grande con un descuento de más de 3 millones por temporada. OKC necesita cada dólar para poder mantener un equipo competitivo con Westbrook. Evitar el impuesto de lujo por una o dos temporadas es vital antes de los impuestos suban irremediablemente para los equipos que más gastan.

Quizás todavía es pronto para valorarle y situarle entre los 3 mejores pívots de la liga, pero con la juventud que atesora y el margen de progresión que se le preevé, puede llegar a serlo. Los Thunder necesitan buenas noticias y buenos jugadores que giren en torno a Russell Westbrook para competir al máximo nivel y llegar lo más lejos posible.