Dallas Mavericks, hay que tomar decisiones

La marcha del equipo invita a hacer movimientos

Dar mucho protagonismo a unos jóvenes que pueden ser el futuro de los Dallas Mavericks/Nil Alemany (SB)

Los Dallas Mavericks NO se van a clasificar para los PlayOffs. Puede parecer una afirmación nada sorprendente, pero es todavía hay muchas personas que confían en revertir esta complicada situación. Además, en el supuesto caso de que estuviera errado… ¿de qué serviría? ¿vale la pena alargar una semana la temporada, llegar exhaustos a la octava plaza y que los Golden State Warriors (teóricamente) te endosen un 4-0? La respuesta vuelve a ser la palabra clave de la primera frase: no.

Este equipo tenía —y tiene— potencial para meterse en la postemporada si no se hubieran arrastrado todos los problemas de lesiones que han sufrido. Esa racha inicial parecía ser una losa demasiado grande para cualquier equipo y el tiempo ha dado la razón a todo aquel que ya daba el año por perdido. Estos Dallas Mavericks son equipo de ganar entre 40 y 45 partidos para meterse entre el sexto y el octavo puesto del Oeste. Pero las numerosas derrotas iniciales obligaban a este roster a ganar más de lo que suponía que pueden ganar. Desde que están todos (o casi todos) recuperados, el conjunto de Rick Carlisle gana y pierde casi a partes iguales; suficiente para salir poco a poco —muy poco a poco, porque todavía ahora comparte «honor» con los T-Wolves— de la última posición pero insuficiente para algo más.

No tiene sentido ir escalando posiciones en tierra de nadie cuando se ve que estamos ante el final de un proyecto que dio resultados mediocres, metiéndose siempre en PO pero sin superar la primera ronda. Todos los veteranos (salvo Barea y Matthews) terminan o pueden terminar contrato este verano y tras esta temporada lo normal es que muchos decidan llevar su música a otro lado. Es la oportunidad de comenzar una reconstrucción tan necesaria como, en mi opinión, tardía y, para ello, hay que intentar aprovechar al máximo esta situación por mucho que nos entristezca que esto haya ocurrido ahora y no una vez se haya retirado Dirk Nowitzki. El alemán no merece pasar su último/s año/s en un equipo sin aspiración alguna; pero a veces la historia es como es y no como uno quiere que sea.

Los Dallas Mavericks deben traspasar ya a Andrew Bogut, una de las piezas con más valor de la plantilla, para sacar alguna ronda de cara a un próximo Draft que, según dice, viene cargadísimo de talento. Su contrato y las necesidades de los equipos pueden hacer que se saque algo de valor por un jugador que no estará en el futuro de los Mavs y que, aunque es necesario en el juego de este equipo, no es relevante. Otro veterano que podría salir es Wesley Matthews; el escolta está haciendo una de las mejores temporadas de su carrera y en el verano de 2018 puede (y probablemente será) agente libre sin restricciones. El cartel que tiene actualmente invita a conseguir algo de valor por él. En mi opinión, Matthews debe salir pero, salvo que llegue una gran oferta, el momento es en la noche del próximo Draft porque es más fácil encajar sus 16/17 millones en ese instante que ahora. Un caso diferente es Deron Williams, es una situación parecida a la de Bogut (contrato similar que expira este verano) pero es uno de los pesos pesados del vestuario y siempre es importante la presencia de algunos jugadores veteranos. De todos modos, creo que una larga conversación con el jugador es obligatoria; al fin y al cabo D-Will es un jugador que no ha ganado ningún campeonato e igual tiene en su cabeza que el próximo verano acepte la mejor oferta competitiva y no la económica o la deportiva.

El equipo texano debe dar un golpe en la mesa si quiere volver a ser contender como lo era en la década del 2000 en gran medida y, no tanto aunque terminaron siendo campeones, en los primeros años del tercer lustro del siglo XXI. Tienen una base que puede servir como banquillo muy útil (Seth Curry, Justin Anderson, Dorian Finney-Smith y Dwight Powell; a la espera también de ver el techo de Nico Brussino); pero solo un jugador con talento para marcar ciertas diferencias: Harrison Barnes. Por lo tanto, hay base para un proyecto ganador; pero solo si se añade sangre joven a un quinteto que, ahora mismo, es muy veterano. Dar protagonismo a estos hombres puede significar sufrir más derrotas incluso a corto plazo, pero acorta su proceso de crecimiento. Esto no es tankear, no se está poniendo a jugadores sin futuro en la franquicia; ellos son el futuro de los Dallas Mavericks.

Acertar en el Draft con un base que asuma el puesto de titular, tan cambiante en las últimas temporadas, durante años, conseguir otros activos jóvenes y con proyección y renovar el roster para llamar la atención a otro tipo de agentes libres con dinero en el bolsillo es, mi opinión, la estrategia a seguir para el equipo texano. El momento es ahora, si se realizan los movimientos correctos se puede estar dando un paso atrás para dar muchos hacia delante a medio plazo. Pero si se demora demasiado igual este camino que deben transitar obligatoriamente dura demasiados años.