Los Knicks y sus «superequipos»

Comparamos el actual proyecto de James Dolan con el equipo de 2004

Los movimientos de los Knicks en este mercado estival no han pasado inadvertidos para cualquier seguidor de la NBA. Sorprendió el cambio tan repentino del proyecto, cambiar drásticamente de una reconstrucción lenta con Porzingis como líder, a buscar estrellas para formar un «superequipo». Las llegadas de Derrick Rose, Joakim Noah, etc han invadido al aficionado knickerbocker de cierto estado de optimismo al inicio, pero con dudas pasado un tiempo. Hoy lo que quiero traer aquí es un viaje al pasado, un viaje a uno de los episodios más lamentables de la historia de los Knicks, un episodio que comienza como están los Knicks ahora, un propietario que no tiene ni idea de baloncesto, un General Manager con mucha historia en la liga pero inexperto en la función que se le ha encomendado, un entrenador exitoso y una serie de jugadores de gran talento pero dudoso rendimiento. Sí amigos, estoy hablando de la travesía del desierto de los Knicks desde 2004 hasta 2008.

Tras unos grandes años por los finales de los 90, el equipo tomó un transición al iniciarse el siglo XXI, tocaba reconstruir, pero todos conocemos a James Dolan y su particular forma de manejar una franquicia. El bueno de James trajo como General Manager a Isiah Thomas después de conseguir hacer triunfar a los Pacers como entrenador y de haber convivido con uno de los mejores General Manager de esa época (y también de la historia), Larry Bird. Dolan le dijo a Thomas que quería hacer un equipo ganador en base a la estrella que los Knicks acababan de conseguir, Stephon Marbury, que por esas fechas era uno de los bases más talentosos de la liga pero que por culpa de su cabeza mal amueblada no estaba en la élite. Otro dato fue que Dolan le pidió a Thomas que hiciese el equipo cuanto antes y, como bien sabemos, muchas veces en la NBA las prisas en hacer un proyecto competitivo a base de estrellas terminan en decepción. Steve Francis, Jamal Crawford, Eddy Curry o Zach Randolph fueron algunos de los jugadores que pasaron por el Madison, todos talentosos, sí, pero que por estado físico, problemas de actitud e incluso drogas (Francis) no rindieron como se esperaba. Este elenco de “estrellas” era entrenado por Larry Brown, que si bien es cierto que es un entrenador exitoso, también se caracteriza por ser un sargento en el vestuario. La combinación podía ser exitosa si lograba que esa plantilla sentara la cabeza; o podía ser un proyecto suicida, que fue lo que en realidad ocurrió. Brown fue cesado y Thomas ocupó su cargo. Varias estrellas eran casi imposibles de traspasar debido a sus altos contratos para su nefasto rendimiento. La pesadilla acabó en 2008, cuando D’Antoni llegó al banquillo e hizo limpieza.

Marbury, la estrella de aquellos Knicks. Fuente de la foto: Keith Allison (CC)
Marbury, la estrella de aquellos Knicks – Keith Allison (CC)

La verdad es que aquellos Knicks tienen un proyecto muy parecido a este. Dolan sigue siendo el propietario, Phil Jackson, una leyenda en los banquillos, aceptó la oferta como General Manager (es la primera vez que está en ese cargo), Hornacek es un entrenador con caché actualmente y jugadores como Rose y Noah tienen mucho talento pero su rendimiento ya no es el mismo por culpa de las lesiones que han tenido. También añadir que las estrella en la que se ha construido este proyecto, Carmelo Anthony, tiene 32 años y tuvo que operarse de la rodilla hace un año y medio, una operación después de la cual muy pocos jugadores rinden igual, aunque el jugador formado en Syracuse sigue a buen nivel.

Hay motivos para la esperanza

Cierto es que los proyectos son parecidos y que el mal inicio de temporada de los New York Knicks hace que saquemos similitudes negativas de los dos conjuntos, pero hay motivos para creer en este equipo, hay motivos para pensar que al contrario que la catástrofe que pasó entre las temporadas 2004-2008, esto no sucederá ahora. A pesar de que no contamos con el mejor Rose ni el mejor Noah de sus respectivas carreras, son jugadores comprometidos con su profesión, trabajadores, que se dejan la piel en cada partido.

Otra de las razones para creer es su estrella, Carmelo Anthony. Es cierto que el neoyorquino ha sido muy criticado por no pasar la bola y por no llevar al equipo a cotas más altas, pero nadie puede dudar de su compromiso con el equipo y que se parte la cara por los Knicks en cada partido, el equipo de su corazón.

Y la razón más importante, hay unión en el vestuario, todos tienen claro quién es el líder. El mismo Rose el día de su presentación lo dijo «el equipo es de Melo». Todos tienen claro también que hay que mimar a los jóvenes y ayudarlos, Porzingis, Willy, Kuzminskas… son el futuro de este equipo y los que en unos años mantendrán a los Knicks en lo alto de la clasificación. Además, hay un entrenador con prestigio y es respetado por su plantilla, no como aquella época donde no había unión en el vestuario, las estrellas se peleaban por ver quién era el mejor y los jóvenes eran los únicos que sacaban las castañas del fuego a pesar de que los veteranos no prestaban atención en ellos.

La actual plantilla en un tiempo muerto. Nil Alemany (CC)
La actual plantilla en un tiempo muerto – Nil Alemany (SB)

En definitiva, este proyecto tiene muchas similitudes con el proyecto que hizo Isiah Thomas, el mal inicio de competición y malos recuerdos del pasado nos hace pensar en que puede ser una hecatombe, pero al contrario que esa época, hay motivos para confiar también, Además también se entiende porque Phil Jackson dejó de apostar por una reconstrucción lenta, la afición está desesperada por ver triunfar a su equipo y, además, una reconstrucción no se puede hacer todavía teniendo a Anthony a gran nivel y desperdiciando su talento en perder y reconstruir a base de Draft. A los Knicks les queda una última bala y puede ser esta.