Los Cavs baten con sufrimiento a unos grandes Sixers

CLEVELAND CAVALIERS 102-101 PHILADELPHIA 76ERS

LOS CAVS, DE LA MANO DE LEBRON, SIGUEN IMBATIDOS. ERIK DROST (CC)
LOS CAVS, DE LA MANO DE LEBRON, SIGUEN IMBATIDOS. ERIK DROST (CC)

Cleveland sigue de fiesta desde aquella noche de junio. Su equipo no ha podido empezar mejor la temporada, con un 6-0 que los mantiene como único equipo imbatido de la NBA.

El de esta noche, sin embargo, ha sido el partido más duro hasta la fecha para los de Tyronn Lue, con unos Sixers que plantaron cara desde el primer momento y que tuvieron la última bola para ganar el partido.

Buena parte del primer cuarto se basó en los altibajos de uno y otro equipo, con parciales abultados por parte de ambos. Pero lo que se intuía es que los Sixers no se iban a dejar llevar, como demostró Embiid con un tapón descomunal a LeBron, casualmente muy similar al que el propio James puso a Iguodala en el último partido de las finales.

Pero el Rey no se descompuso, y comenzó a dar una exhibición de asistencias (7 asistencias en los primeros 12 minutos) y, lo que es más importante, sumó los puntos necesarios para entrar en el TOP 10 de anotadores de la historia de la NBA. Y esto con 31 años. Va camino de convertirse en leyenda. 

El punto de inflexión llegó en los últimos minutos del primer cuarto, con los suplentes de Cleveland asumiendo un rol principal. De la mano de Shumpert, Dunleavy y Frye, los Cavs se iban 15 arriba. 

De lo que podía parecer el comienzo de una victoria holgada, los 76ers transformaron el segundo cuarto en un show baloncestístico. Okafor y Embiid se hicieron más fuertes en defensa, e Ilyasova las enchufaba desde el perímetro como si de una bandeja se tratase. Y todos ellos movidos por un descomunal Sergio Rodríguez, que demostró que tampoco se achanta en este tipo de partidos. El Chacho se está convirtiendo en una de las claves de estos Sixers, cada vez más dependientes de su juego.

Todos estos ingredientes desembocaron en un 21-6 de parcial para los de Philadelphia, que consiguieron reducir bruscamente la ventaja. En ese momento apareció James, en lo que sería una constante del partido. Cuando más daño hacían los 76ers, siempre aparecía LeBron para dar un respiro a los suyos. Su conexión con Love fue algo que el rival no supo cómo parar.

Y hablando de Love, es necesario destacar una vez más su crecimiento defensivo y su compenetración con LJ en el ataque. Hoy, sus 20 puntos y 11 rebotes han sido fundamentales para la sufrida victoria.

De todas formas, se notaba que los Cavs no estaban cómodos. Con un Irving desaparecido (3 de 17 en tiros), muchas de las canastas de los de Ohio se basaron en jugadas de transición y puntos rápidos. Los Sixers, por el contrario, veían cada vez más factible la machada, con el tándem Rodríguez-Ilyasova haciendo estragos y con un Embiid extramotivado, que anotó los 4 triples que lanzó, tres de ellos en el tercer cuarto. Una animalada de un jugador que cada día crece más y más.

A falta de 5:46 para el final del partido, los Sixers habían dado la vuelta al marcador y estaban cinco arriba. Pero de nuevo apareció LeBron, haciendo oposiciones para convertirse en el MVP de esta temporada. Se echó el equipo a la espalda, y suya fue también la asistencia para que el siempre cumplidor Channing Frye anotara el triple definitivo.

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Tuvo, no obstante, la última posesión Philadelphia para hacerse con el choque y romper así la mala racha frente a los Cavs de LeBron (no gana a este equipo con el 23 en la cancha desde 2007), pero Henderson se metió en un berenjenal al intentar penetrar frente a la defensa de J.R. Smith y la ayuda de James. Un final que dejó a los aficionados locales con mal sabor de boca, pero que sin duda estarán orgullosos del esfuerzo de su equipo.

LeBron terminó el partido con 25 puntos, 8 rebotes y 14 asistencias, mientras que Embiid anotó 22 puntos y el Chacho sumó 11 asistencias.