El (nuevo) renacer de Jared Sullinger
El ala-pivor está firmando una excelente campaña
El pasado 8 de Enero escribí un artículo (este de aquí) en el que comparaba a Jared Sullinger con aquella novia de la Universidad por la que estabas loco a pesar de las cuatrocientas veces que te había decepcionado. Acababa el mismo diciendo que seguiríamos con él por rutina y porque ya queda poco para acabar el curso, pero que ya no nos fiábamos de su comportamiento y que de aquella flamígera e pasión solo quedaban cenizas. Bien, pues de estas cenizas (presumiblemente del tamaño de las de Pompeya dado el volumen del ala-pivot) ha vuelto a resurgir cual ave-fénix para complicar aún más las cosas al frontoffice de los Boston Celtics el próximo verano.
Desde la publicación del citado artículo, es decir, durante prácticamente todo 2016, el ex de Ohio State está realizando una campaña excelsa, siendo la segunda referencia ofensiva del equipo, un baluarte en defensa, y casi promediando un doble-doble en puntos y rebotes.
Jared Sullinger, a sus 23 años de edad, era el único jugador de los Boston Celtics que no seguía la máxima de Brad Stevens: «haz lo que mejor sepas hacer«. El ala-pivot se había pasado la última temporada probando si podía ser un cuatro abierto, al modo de Kelly Olynyk, con desastrosos resultados (52 triples en 182 intentos, una barbaridad para un jugador exterior). Por suerte para el equipo, el cuerpo técnico y el propio jugador han decidido que, al igual que sus compañeros, pase a realizar solo aquello en lo que es bueno: vivir en la pintura. Este curso ha reducido notablemente sus tiros de larga distancia (gracias a dios), lo que le está reportando una mayor efectividad en sus porcentajes, gracias sobre todo a un tiro de media distancia (entre una distancia de 6 metros y el triple) que es exitoso en el 50.6 % de sus intentos; también el pick and pop entre el interior y los bajitos está funcionando a las mil maravillas, a un 41.3 % de acierto en tiros de más de 4.5 metros. Para acabar con su faceta ofensiva, pese a perder más de tres minutos en cancha con respecto a la temporada pasada (de 27 a 23.8), está repartiendo más asistencias que nunca antes en su carrera (2.4).
Pero es en defensa, la razón de ser de este equipo, donde más se ha visto la evolución de Sullinger durante el presente curso. Su ratio defensivo, del 98.1, es el mejor de la escuadra de Stevens y el séptimo de toda la liga. Además, está firmando 8.6 rebotes por encuentro que le sitúan como el mejor reboteador del equipo a mucha distancia del segundo y el decimoctavo jugador de la NBA que más rebotes ha atrapado este curso con 508.
Su presencia en ambos lados de la pista le hace decisivo en todas las fases del encuentro. Participa tanto en el quinteto titular que abre los partidos junto a Isaiah Thomas, Avery Bradley, Jae Crowder y Amir Johnson (siendo muchas veces uno de los principales anotadores de los Celtics cuando aún no pesan las piernas), como en la alineación más bajita (small ball del duro) que pone Stevens sobre la pista para romper los partidos con Thomas, Smart, Bradley y Crowder. Dos quintetos completamente opuestos en el que él siempre es la segunda o tercera opción de ataque del equipo y el primer reboteador, siendo esta participación decisiva en encuentros como los vividos contra los New York Knicks, Milwaukee Bucks o Miami Heat.
Tras iniciar el año como la última pieza de la rotación interior a causa de sus constantes problemas con el peso y desobediencia de las órdenes que el dictó el equipo médico de Massachusets, el jugador de 2.06 metros ha pasado a ser el miembro del frotcourt más utilizado por Brad Stevens con 23.8 minutos por encuentro.
Sus promedios se disparan aún más desde el All-star, cuando está promediando 12.3 puntos, 10.1 rebotes y 3.7 asistencias, lanzando con un 48.1 % de efectividad. Hubo muchos temores, y con razón, cuando Kelly Olynyk se lesionó el hombro hace casi un mes: el canadiense estaba siendo un pilar para un equipo que se alimentaba en cada espacio creado por él. El nivel mostrado por Jared Sullinger durante su ausencia ha permitido al equipo afianzar la tercera plaza de la Conferencia Este gracias a ser la novena franquicia en cuanto a rating ofensivo se refiere (106.6) y la cuarta en el defensivo (102.4).
No queda más remedio que hablar de una gran temporada de Jared Sullinger, de nuevo en la línea ascendente que siempre ha estado su carrera salvo en los meses que mediaron desde el pasado Febrero hasta el presente Enero. En cualquier otro caso no se discutiría la posibilidad de que el equipo no renovase al jugador este verano, cuando será Agente Libre Restringido, pero Jared Sullinger ya ha hecho esto muchas veces antes en su carrera: decepcionarnos cuando había vuelto a ganarse nuestra confianza. Primero fue la espalda, luego su pie, y más tarde la dejadez a la hora de bajar de peso. Sully es uno de esos casos en los que me alegro de no ser Danny Ainge, que se enfrenará a una de las decisiones más difíciles de su carrera como General Manager si esta temporada estival llegan desde Portland, New Orleans u Orlando con un máximo en la cabeza; pase lo que pase, cualquier decisión que tome el ex-escolta tendrá motivos más que válidos detrás de ella. Solo espero que la suerte le acompañe y acabe haciendo lo más beneficioso para la franquicia más laureada de la historia.
Por su parte, Jared Sullinger tiene claro lo que quiere y ya lo ha expresado numerosas veces en público:
«Cuando juegas para la franquicia más grande de la NBA y ves todos esos banners ahí colgados y el apoyo de los fans, tu no quieres dejar ese lugar porque tiene un sitio especial en tu corazón. Es el primer equipo para el que jugué en la NBA y espero que sea también el último»