Kevin Love y J.R. Smith, en el punto de mira

Los aires en Cleveland están muy revueltos. Pese a ser los líderes de la conferencia Este, no parece que los Cavaliers puedan hacer sombra a los grandes equipos del Oeste para poder ganar el anillo. En los enfrentamientos directos de esta temporada, los Cavs mostraron ser bastante inferiores a los Spurs y a los Warriors, que en algunos partidos les han pasado por encima de forma clara. Los propios jugadores han reconocido públicamente que no están todavía al nivel de un equipo que pueda ganar las finales. A todo esto, hay que sumarle el fulminante despido de David Blatt, y que algunos de sus jugadores, por motivos varios, no se han podido encontrar en las mejores condiciones. En el centro de las miradas por su rendimiento se encuentran dos pesos pesados del vestuario: Kevin Love y J.R. Smith.

El primero de ellos, Kevin Love, generó grandes ilusiones con su llegada a Cleveland, para formar junto a Kyrie Irving y LeBron James, un nuevo «Big 3«, para que la franquicia de Ohio pueda optar de forma inminente al título, y cumplir el sueño de LeBron de ganarlo con el equipo de su casa. Love venía de cuajar grandes temporadas con los Timberwolves, y ser su gran estrella. Después de más de un año en los Cavaliers, en pocas ocasiones se ha podido ver a aquel jugador decisivo. Quizás por las lesiones, que lo dejan acabar de llegar a la mejor versión que le vimos en Minnesota, o quizás el hecho de ser un escudero de LeBron James, han puesto a Love en las miradas por su bajo rendimiento. Lejos de ser un espejismo, en lo que va de temporada está promediando 15’8 puntos por partido, y la temporada pasada promedió 16’4 puntos por partido, muy lejos de los 26’1 que promedió en su última temporada en los Timberwolves. Hay quienes echan en falta que el ala-pívot tire del equipo cuando sus otras dos estrellas no tienen su mejor partido. Por suerte, Love todavía tiene mucho futuro por delante, pero de momento, ni las lesiones, ni su rol, nos auguran que vuelva a estar al nivel que se le exige a un jugador de su calibre.

La situación en la que se encuentra su compañero, J.R. Smith, es bastante similar. El jugador llegó, junto a Iman Shumpert, procedente de los New York Knicks como refuerzo a media temporada, como un sexto hombre de garantías, y que en los Knicks ya había dejado grandes muestras de su increíble nivel. Sin embargo, la incorporación de J.R. Smith llevaba consigo una serie de incertidumbres, ya que Smith es más bien conocido por sus temas extra-deportivos, o los numeritos que puede hacer durante el partido. Sin embargo, en el vestuario de los Cavs tuvieron plena confianza en su incorporación. El polémico jugador, venía con el cartel de ser uno de los mejores sextos hombres de la liga, y parece que haber dejado sus polémicas actuaciones. Aún así, J.R. no parece haber encontrado la total regularidad en su juego en Cleveland. Los números de Smith, 13 puntos por partido, están en la línia de lo que venia promediando los últimos años. Entonces, ¿cuál es el principal problema? Sin duda alguna, su irregularidad. Si J.R. Smith consigue ser más regular con su juego, y no tiene algunas desconexiones durante el partido, seguro que puede aportar grandes cosas a los Cavaliers.

Como vemos, tanto Kevin Love con J.R. Smith, son dos grandes jugadores a quienes los Cavs ficharon para obtener resultados inmediatamente, pero que de momento, por falta de regularidad o por las lesiones, no han podido mostrar todo lo que pueden aportar al equipo para poder ser un serio aspirante al anillo esta temporada, y poder hacer un poco de sombra los San Antonio Spurs, a los Oklahoma City Thunder y sobretodo a los actuales campeones, los Golden State Warriors, que están demostrando estar un paso por delante de todos los equipos de la liga. Esperemos ver bien pronto como Kevin Love vuelve a ser un jugador decisivo, y que puede liderar a Cleveland cuando sus otras dos estrellas no tengan una de sus mejores noches, y esperemos que Smith pueda recuperar esa regularidad que mostró en otras temporadas durante el partido, que lo llevó a ser nombrado Mejor Sexto Hombre de la temporada en 2013 cuando aún era jugador de los New York Knicks, y pueda ser desequilibrante cuando el equipo lo necesite.

Sólo el tiempo dirá si les volveremos a ver en su mejor versión.