La tragedia de Len Bias

Una prematura muerte le privó de un brillante futuro

«Se trata de Len Bias. ¡Tienen que hacer que viva!. ¡No puede morir!. En serio, señor. Vengan rápido, por favor». El 19 de Junio de 1986 Brian Tribble hablaba por teléfono con el servicio de emergencias de Washington. En la cama, convulsionando, estaba su amigo Len … Pero ¿Quién es Len Bias? y ¿Por qué no puede morir?.

Vayamos por partes. Bias era un jugador de baloncesto universitario que 48 horas antes acababa de ser seleccionado como número 2 del «Draft 1986» , y no podía morir por muchos motivos: era joven, deportista, querido en su comunidad y, posiblemente, estaba destinado a ser la referencia de los Boston Celtics durante la siguiente década. Esta es la historia de cómo llegó a esa cama y del significado que tuvo su muerte. Porque, amigos, Len Bias sí que podía morir, la cocaína lo demostró sobradamente.

El 18 de Noviembre de 1963 nacía en Landover, Maryland, Leonard Kevin Bias. El chico, conocido por los suyos como «Frosty» por ser  «alto, fresco, tranquilo y sin pretensiones», – como habrán adivinado – pronto empezó a jugar al baloncesto. Y a hacerlo bien. Una vez acabado su periplo por el «NorthWestern High School» accedió a la Universidad de la capital de su estado, la Universidad de Maryland donde realmente explotaría como jugador. En sus inicios como jugador freshman (es decir, en su primer año de periplo universitario) se le veían innumerables virtudes pero también algo rudo de movimientos y falto de disciplina. Todo eso cambiaría a lo largo de ese curso e, iniciado ya el segundo año, Bias era un ejemplo de sacrificio y rutina. En palabras del entrenador Lefty Driesell: «Bias era un auténtico recluta».

Cuando a un talento innato le unes una gran capacidad de sacrificio, lo que suele pasar es que el jugador explote, y así sucedió en su caso. Ese mismo año se convertiría en el jugador estrella de su equipo, fue seleccionado para el All-American y nombrado mejor jugador de su conferencia, de la que era máximo anotador. Las palabras de Mike Krzyzewski son esclarecedoras: «Solo he visto a dos jugadores realmente decisivos en todo el tiempo que he entrenado en Duke, Michael Jordan y Len Bias». También se le designó como  MVP del campeonato de la Conferencia Este, la NBA llamaba a sus puertas y Knicks y Warriors trataban de convencerlo para que se presentase al draft de ese año 1985. Pero había un hombre con otra intención, Red Auerbach, el histórico presidente de los Boston Celtics

 

La franquicia de Massachusetts disponía de un pick 2 en el «Draft 1986», el más alto en la historia de los Celtics y Red Auerbach tenía un plan. Dicho plan consistía en seleccionar al joven de Maryland para, en un principio, alargar las carreras de McHale y Bird descargándolos de minutos en favor de Bias y posteriormente reconstruir en torno a él. El único problema residía en que Len Bias, tras este segundo y espectacular año, ya había recibido todas las atenciones de Knicks y Warriors para llevárselo a la NBA; pero Auerbach quería que el chico esperase un año más y así poder ser elegido por los Boston Celtics. Tal era el carisma del mítico Red que solo necesitó darle su palabra de que si él esperaba ellos lo elegirían pasase lo que pasase para que el chico aceptase.

Tras un tercer y último año en el que Bias acabaría como máximo anotador en la historia de Maryland, máximo anotador de la Atlantic Coast Conference, cuarto reboteador, mejor porcentaje de tiros libres, conseguir diez o más puntos en 85/86 partidos y un largo etcétera… Llegó el día del draft.

16 de Junio de 1986, Madison Square Garden de New York. Len Bias es seleccionado en segundo lugar por los Boston Celtcis, solo por detrás de Brad Daugherty (escogido por losCleveland Cavaliers). Y en la franquicia de Massachussetts se desató el entusiasmo:

«Es un gran deportista. Le he visto jugar muchas veces. Le he visto entrenar. Tiene las mejores rutinas que uno puede desear. Es el chico ideal. ¿Has oído alguna vez la expresión «seguro de vida»? Pues Len es nuestro mejor seguro de vida. Larry Bird ha dicho que si seleccionamos a Len, este año entrena con los novatos.»

Tras firmar el contrato con los Boston Celtics, firmó un acuerdo de patrocinio con Reebok (querían que fuese el contrapeso ideal a Nike y Michael Jordan) y se fue a la fiesta de presentación de su nuevo equipo donde conocería a sus nuevos compañeros. Una vez terminada, montó en el avión camino a casa, listo para asimilar la que sería su nueva vida. Nada más llegar repartió zapatillas y saludos a todos los familiares que se le acercaban y, una vez saludado todo el mundo, comunicó a su madre que se iba al campus a saludar a sus antiguos compañeros. Así comenzó la última noche de Len Biasaquí narrada paso a paso por Gonzalo Vázquez -.

Hay un tremenda polémica aún hoy, casi 30 años después, sobre lo que pasó esa noche. Sobre si Len Bias había probado la cocaína con anterioridad, como afirma su amigo Brian Tribble, o si nunca lo había hecho, como afirman casi todos los que le rodeaban. También sobre si sus amigos solo eran consumidores o también traficaban con estupefacientes, sobre por qué su entrenador mandó limpiar cualquier rastro de droga de la habitación en la que fue encontrado Len, y sobre si la «Universidad de Maryland» cerraba los ojos ante los problemas de drogas y notas de sus estudiantes mientras jugasen bien al baloncesto. Aquí no voy a entrar en ello (Quien lo desee tiene un magnífico documental presentado al festival de «Sitges» en el que se profundiza sobre estas polémicas y el juicio posterior. También trata el aspecto más interesante de toda esta historia, la lucha de la madre contra la drogadicción y del padre contra la posesión de armas tras la muerte del hermano de Len, pero nosotros no entraremos en ello),

Lo único que se puede confirmar es que Len llamó a su amigo Brian Tribble, compraron unas cervezas -siempre según la versión de Brian, en la autopsia no encontraron ningún resto de alcohol – y se fueron a su habitación del campus. Allí todos se meterían un par de rayas y tras un rato de fiesta, Len Bias se empezó a encontrar mal, se tumbó para despejar y empezó a convulsionar, fruto de la sobredosis que había alcanzado y que le causaría la arritmia cardíaca que acabó con su vida. Nosotros no sabemos si era la primera vez que Len Bias tonteaba con las drogas y no vamos a entrar a valorarlo, pero la defensa de que la sobredosis es una muestra de que sí lo era queda parcialmente anulada cuando en la autopsia se descubrió que la cocaína tenía una pureza del 98%.

Entendámonos, no digo que los defensores de que esta era la primera vez que Len consumía no tengan razón. Digo que una pureza tan alta puede provocarle una sobredosis hasta al más versado en estas lides. En mi opinión, la mayor polémica es saber qué hacían unos estudiantes-deportistas, que solo consumían ocasionalmente, con una cocaína de tanta pureza. Para hacernos una idea, la pureza (el término pureza hace referencia al porcentaje de cocaína, clorhidrato de cocaína, que tiene la dosis en total) que hay en la cantidad que puede llevar un consumidor habitual, sobre un gramo, suele estar en torno al 15/25 % siendo el resto adulterantes, inocuos o no; mientras que en las cantidades más habitualmente manejadas en el narcotráfico, superiores al kilogramo, suele rondar el 85%. O el camello de Tribble era el único con un código ético en todos los EEUU o alguno de los que había en esa habitación tenía una «fuente de ingresos secundaria», por decirlo de manera suave.

Tras un viaje al hospital, Len Bias murió a causa de la arritmia cardíaca provocada por la sobredosis y todos los medios se hicieron eco de la noticia. La familia se quedaba sin el pequeño «Frosty», los Boston Celtics, campeones ese año de la NBA, se quedaban sin su única esperanza de reconstrucción (he aquí gran parte de la explicación sobre el desierto de 22 años de la fraquicia sin conseguir el anillo), Michael Jordan se quedaba sin su némesis… Los EEUU estaban conmocionados.

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Era la década de 1980, pongámonos en la época. Ahora, afortunadamente, todos tenemos una clara concienciación sobre qué es la cocaína, cuales son sus efectos para el consumidor y, más importante, cuales son sus efectos secundarios en la sociedad, pero hace 30 años casi no había legislación sobre estupefacientes y sobre su mercadeo, solo en la década anterior se había llegado a concienciar sobre el problema del «crack». Todo eso cambió tras la muerte de Len Bias.

La muerte del joven jugador hizo que muchos se concienciasen de todos los problemas que estaba causando la cocaína en sus comunidades y, en un año de elecciones, hubo quien vio una oportunidad de medrar y mantener su silla. La idea de legislar sobre el trafico de estupefacientes no fue el error, era algo más que necesario en esos momentos en América, el problema es que la aún vigente «Ley Bias», como se llamó, fue un desastre. Me explico. Establecieron unas cantidades ridículamente pequeñas para ser consideradas como tráfico por lo que, en lugar de acabar con los grandes traficantes o mayoristas del mercado de la droga, lo único que consiguieron fue detener a un montón de pequeños camellos y consumidores – casi siempre de raza negra- que poco o nada solucionaba el problema real. Por muchos que detuviesen, siempre habrá otros 200 que quieran seguir comprando o trapicheando.

En definitiva, la «Ley Bias» fue un fracaso, premeditado o no, pero fue un primer paso en la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Pero al menos fue una de las pocas relaciones NBA/drogas a las que podemos ver un lado positivo, ya que sirvió para que mucha gente se concienciase sobre lo que estaba pasando en sus calles. Lamentablemente un joven prometedor tuvo que morir de forma trágica para que llegase dicha concienciación.

La semana que viene el segundo capítulo de esta relación entre la NBA y las drogas, la historia de Chris Herren.