La confirmación de Gordon Hayward

Analizamos la temporada del jugador de Utah

 

Fuente: Guillermo Hernández cc
Fuente: Guillermo Hernández cc

El curso baloncestistico 2014-2015 recien concluido estaba marcado para Gordon Hayward por la conclusión de su contrato y la posible renovación del mismo con la franquicia mormona. Durante el pasado verano, antes del Draft, no se hablaba de otra cosa entre la afición de SLC. Se había filtrado a la prensa un intento de renovación por parte de GM de los Jazz, Denis Lindsey, que nunca quedó claro del todo quien fue el culpable de la falta de acuerdo. Probablemente el GM no quiso ofrecer a Gordon lo que este pedía y prefirió arriesgarse y esperar a la apertura del mercado, ya que el equipo disponía del AS en la manga de poder igualar cualquier oferta que presentasen al ex de Butler. Los acontecimientos dieron un giro dramático al entrar en escena Michael Jordan, éste hizo una oferta a Hayward mareante con la intención de evitar que igualasen la oferta desde Utah, pero no lo consiguió. Gordon Hayward no terminaría vistiendo la camiseta de los Hornets. Una vez renovado quedaba clara una cosa: los Jazz le estaban pagando un sueldo de estrella, por lo que a partir de ese instante todo el mundo esperaría de él que lo fuese. Era el momento de demostrar que tenia o no madera de lider.

Es difícil hacer cálculos certeros de los primeros meses de competición, ya que el equipo no hacía otra cosa que perder y perder, pero era evidente que pese a las derrotas Gordon era quien llevaba la batuta del equipo. Casi siempre era el máximo anotador y casi siempre se jugaba los tiros decisivos cuando los había.

Una mejora evidente desde los primeros pasos del curso fue su aumento de masa muscular, mostrando una ética de trabajo muy del gusto de la parroquia mormona. Necesitaba ganar peso para enfrentarse y defender a tantos aleros físicos como abundan en la NBA, y este aumento de capacidad defensiva encajó a la perfección en la absolutamente espectacular evolución del equipo. Un tiempo antes del All-Star, el equipo comenzaba a dar verdaderas muestras de mejora, perdía pero competía dejando a los equipos rivales en bajas anotaciones. Al grupo le faltaba muy poco, y ese poco llego cuando uno de los buques insignia del equipo se marchó traspasado a OKC.

La salida de Enes Kanter terminó convirtiéndose en el definitivo empujón que necesitaba el juego colectivo de los Jazz. Rudy Gobert ocupó definitivamente el puesto de Center titular y este hecho acarreó un aumento de las prestaciones defensivas de los chicos de Snyder. Sobre una defensa espectacular se apoyaron las muchas victorias que llegaron a partir del All-Star, victorias que llevaron a los Utah Jazz a ser uno de los mejores equipos de la competición, hasta el punto de llegar a soñar con entrar en Play Offs pese a la pésima primera parte de la temporada. Al final no se consiguió, pero tanto en las derrotas como en las victorias, antes o después del juego de las Estrellas, Gordon Hayward acaparó balón y protagonismo, siendo ya considerado el jugador franquicia de un equipo joven que ha aprendido a ganar y del que se espera grandes cosas en un futuro a medio y corto plazo, acallando de paso las numerosas voces que se escucharon criticando el alto precio de su renovación.

GordonHayward terminó el curso habiendo jugado 76 partidos, consiguiendo una media de 19.3 puntos, 4.9 rebotes y 4.1 asistencias por partido.